La terminación es el acabado que se le da a la joya. Esta podría ser en brillo o mate, es una textura que se le da al oro donde se puede ver un efecto aterciopelado.
La joya culmina con el pulido, un proceso que como todos los demás es artesanal.
Estos profesionales son los encargados de llegar al rincón más pequeño de la pieza para darle un acabado perfecto. Una vez finalizado se grabará la marca en la pieza a través de un punzón que certifica que está fabricada por Díaz Gil Joyeros.




